Inteligencia Artificial en la guerra contra el Alzheimer
Determinadas técnicas basadas en la IA (inteligencia artificial) se han empezado a utilizar como herramienta de diagnóstico médico. Investigadores de la UNED diseñan aplicaciones específicas que servirían para establecer el diagnóstico de enfermedades como el Alzheimer o el glaucoma.
Monserrat López | Madrid
En los últimos 50 años, la enfermedad de Alzheimer ha pasado de una relativa oscuridad a convertirse en una característica definitoria de la sociedad industrializada. Cada vez son mayores los intentos para combatir este mal. Las últimas aportaciones tecnológicas contra el Alzheimer están basadas en la inteligencia artificial. Una de ellas es la iniciativa promovida desde grupo de investigación SIMDA (Grupo de Sistemas Inteligentes: Modelado, Desarrollo y aplicaciones), del Departamento de Inteligencia Artificial de la UNED, que busca un método de diagnóstico precoz que ayudaría en gran medida a su tratamiento.
Las líneas de investigación de SIMDA se centran en el modelado y desarrollo de aplicaciones de la Inteligencia Artificial en medicina y vigilancia, buscando avances en la batalla frente a una de las enfermedades degenerativas más comunes de nuestro tiempo. La investigación está basada, gracias a un mapa cerebral, en una probabilidad asignada a cada una de las personas tratadas, de manera que sea posible evaluar la posibilidad de que nuevos casos sufran ese deterioro cognitivo asociado con la enfermedad.
En los últimos 50 años, el Alzhemer se ha convertido en una característica definitoria de la sociedad industrializada. |
“La Inteligencia Artificial hace uso de técnicas de aprendizaje de tal forma que, a partir de una batería de casos, de pacientes a los que se les ha aplicado este test, se les puede dotar de un modelo desde los orígenes de la enfermedad”, explica Rafael Martínez, uno de los investigadores del grupo SIMDA.
La idea de utilizar la Inteligencia Artificial como herramienta de diagnóstico médico puede ser aplicada en otras enfermedades, como el glaucoma, una de las patologías oculares más agresivas. Los investigadores identifican la cabeza del nervio óptico en imágenes de fondo de ojo mediante técnicas de optimización en Inteligencia Artificial.
Los científicos también analizan imágenes de resonancia magnética con diferentes aplicaciones biomédicas, un avance sumamente significativo con respecto a años atrás. “El desarrollo de las últimas décadas ha proporcionado nuevas modalidades de imagen que permiten realizar estudios que anteriormente solo podían realizarse post-mortem. Las nuevas tecnologías permiten el almacenamiento y el procesado de un gran volumen de imágenes, y los posibles usos solo están limitados por el tiempo y la imaginación”, señala Mariano Rincón, otro de los investigadores.
Los célebres robots, vinculados por el público general con la IA, también son abordados por los científicos de la UNED: “Una característica especial de los métodos que hemos desarrollado para el movimiento de los robots es que se inspiran en la forma en la que lo hacemos los humanos”, afirma José Ramón Álvarez. De esta forma, buscan el espacio libre que hay a su alrededor y avanzan en una dirección para dirigirse hacia el centro geométrico de esa zona.
Para acometer su proyecto, el equipo trabaja actualmente con la colaboración del Instituto de Biología Molecular y Celular de la Universidad Miguel Hernández de Elche, estudiando así el posible uso de cultivos de neuronas reales sobre una placa de electrodos para controlar estos robots móviles.
Trailer BICICLETA, CUCHARA, MANZANA (video 1:39 min)
En el documental “Bicicleta, cuchara, manzana”, donde se narra de qué forma afecta el Alzheimer a Pasqual Maragall, se utiliza la técnica conocida como “test de producción de atributos”: esta herramienta sirve para detectar el deterioro cognitivo de un paciente. Un método similar es el utilizado por estos investigadores de la UNED.
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